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Foto del escritorMARTA ESTA HARTA

A mi hijo primero de la eso se le ha hecho bola, ¿qúe hago?.

El paso del colegio al instituto pilla a los alumnos en sus primeros brotes de adolescencia y eso realmente no ayuda mucho a afrontar la nueva etapa escolar. A los 12 años ya no son niños, tampoco adultos, y ni siquiera se les considera adolescentes (sí pre-adolescentes). Además de esa cris de cambio ,el 90% salen de ser tratados entre algodones en la Primaria a enfrentar el Instituto desde una posición de cierta libertad, sin tanto control directo y en un entorno desconocido regido por nuevas dinámicas tanto en lo académico como en lo social. “De acuerdo con los últimos datos hechos públicos por el Ministerio de Educación, el primer curso de la ESO es el que acumula un mayor porcentaje de repetidores de todas las etapas evolutivas y en la amplia mayoría de comunidades” Por encima de la dificultad de las exigencias curriculares, lo que tenemos que tener en cuenta como padres es que “la llegada al instituto es un momento clave en la socialización de estos niños”, no sólo a nivel emocional, también empiezan las primeras feromonas a actuar, y ellos empiezan a notar los cambios en su cuerpo. Puedo aseguraros que no es nada fácil para ellos todo este cambio. ¿Qué podemos hacer como padres para ayudarlos en estos momentos? • Vigilar su adaptación en los primeros días • Cambiar las estrategias de motivación, que tradicionalmente vienen utilizando los padres como «compararles con sus hermanos o con ellos mismos a su edad». Ya que estas acaban resultando contraproducentes porque interfieren en su autoestima y dañan su autoconcepto • Ser conscientes que en el instituto se le concede más autonomía. Y es el momento de que nosotros también lo hagamos, eso sí de una forma ordenada y controlada. Es muy importante que sepan que sus padres están ahí y que les apoyan en sus estudios, por lo que es muy importante ir al instituto y estar en contacto con los profesores y orientadores. • Dar a nuestros hijos las herramientas necesarias para que sean capaces de elegir sus nuevas amistades. Estás herramientas las han ido recibiendo a lo largo de su educación en forma de valores, habilidades sociales, asertividad y aprender a decir no. Ante cualquier coyuntura relacionada con la adaptación del alumno al nuevo entorno que de primeras se les antoja hostil, los profesionales recomiendan abordar las conversaciones “de padres a hijos” de forma

suave. Mucha mano izquierda y mucha paciencia, anteponiendo la empatía a la comparación o el reproche. Pero sin caer en premios innecesarios.

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