Disciplina positiva, educación respetuosa, crianza con apego... Desde diferentes corrientes educativas o de crianza crece el consenso en apostar por una educación alejada de imposiciones, coacciones, chantajes, gritos o castigos. Pero, ¿ qué hacemos cuando nuestros hijos adolescentes nos retan?
Lo primero que tenemos que tener muy claro es que la educación de nuestros hijos , es un proceso que empieza desde que el niño tiene un día. Y que nuestro hijo tiene que ser conocedor de las normas, roles y rutinas dentro de su familia, y eso se consigue con un trabajo diario de aprendizaje.
Muchos son los padres que me preguntan sobre mi opinión sobre el castigo , yo siempre les digo , que castigar “ bien” es muy difícil, porque el fin del castigo es que nuestro hijo aprenda y no se aprende con amenazas y gritos.
Yo soy defensora del castigo con chispa e imaginación , y por supuesto estoy en contra del castigo físico.
¿Qué es el “castigo con chispa”?
El castigo con Chispa es el castigo , que conlleva un aprendizaje y no una venganza . A partir de la preadolescencia , a nuestros hijos no los podemos mandar a la silla de pensar , en la que yo creo que lo único que se piensa es como salir de ella , ni les podemos prohibir “ a lo loco” , porque terminaremos saltándonos nuestro propio castigo y eso es lo peor que podemos hacer . A partir d e la preadolescencia hay que hacerles ver que el camino que están tomando es el equivocado , y que la teoría de la “ acción – reacción” es la que rige esta vida , y que todo tiene una consecuencia.
¿ Como hacerlo? .
Acompañando siempre a nuestros hijos en su castigo , su castigo no los debe aislar de la familia. Al contrario no hay cosa que más fastidie a un adolescente que tener todo el día a su madre o padre pegados a él . Le fastidia tanto al hijo como al padre, pero no es lo mismo decir “ no vas a salir de casa nunca más , vete a tu habitación” , que “Pues visto que te portas como un niño pequeño , te cuidaremos como un niño pequeño y preferimos no dejarte sólo de momento”.
La segunda opción requiere mucha templanza , paciencia y compromiso para ser capaz de pasarte el día con el adolescente, en el café , en el gimnasio, de compras… Pero con este castigo , que al principio parece más castigo para los padres que otra cosa , terminas estableciendo una conexión afectiva con tu hijo , que es imposible que se establezca con la puerta de su habitación cerrada.
Estamos en una época de pautas y de modelos educativos, en los que parece que siempre que el niño hace algo hay que darle una respuesta positiva y no negativa, pero ¿y si combinamos, y si decimos algo que parece negativo , pero luego es positivo?.
En mi teoría del Castigo con Chispa es muy importante el tono y las formas. Debemos de intentar, en la medida de lo posible , no perder las formas e incluso poner un poquito de sentido del humor , para que con el tiempo tu hijo y tu podáis reíros de esos momentos de rebeldía adolescente.
El Castigo con Chispa tiene como objetivo , que tu hijo a través de sus propios razonamientos y el acompañamiento y refuerzo de los padres llegue a la conclusión de que tiene que cambiar . No olvidéis que el trabajo de “la charla”, como dicen nuestros hijos, siempre deja su semilla que con el tiempo genera alternativas positivas.
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