Cuidado con lo que prometemos a nuestros hijos.-
Ya han llegado a casa las notas , más buenas que malas , y con las notas llega el momento de cumplir esas promesas que le hemos hecho a nuestros hijos adolescentes , esas promesas que empiezan por un “ si apruebas ....”.
Pues cuidado con lo que se promete padres del mundo que a veces se aprueba y si se aprueba y a cambio hay un permiso para una noche de fiesta o un teléfono, pues bueno pero si las promesas han sido más sofisticadas e imposibles, entonces se complica la cosa. Hoy en día una de las cosas que más prometen las madres son tatuajes o piercings.
Digamos que el clásico “te compro una moto de los 80” se ha convertido en “ te dejo hacer el dichoso tatuaje” y luego vienen los disgustos . Porque una cosa es cuando lo prometes , en ese momento lo de ver a tu hijo tatuado lo ves muy lejano , hasta piensas que se le pasará . Y otra es ver a tu adolescente tumbado en la camilla del estudio de tattoo , tatuándose "no sé que" en el costado. Aunque, ¿qué será peor prometer un tatuaje o prometer unas fiestas de San Juan a tope de botellón y con barra libre de horarios? . Esta segunda opción así de primeras nos parece más inocua,, pero no lo es y es que una noche de San Juan, no deja de ser solo una noche, y un tatuaje o un piercing son para toda la vida. Pero cuando cambiamos las reglas de la casa , aunque solo sea por una noche , cambiadas quedan.
Yo como educadora , coach educativo y madre recomiendo que no hagamos promesas a nuestros hijos , porque las promesas hay que cumplirlas y si esas promesas rompen con nuestras normas del hogar , pues mal lo estamos haciendo. Además debemos tener en cuenta que con este sistema estamos enseñando a nuestros hijos que lo importante de las notas no es el esfuerzo o el trabajo si no los premios. Y encima les estamos educando en el todo o nada , uno de los mayores errores educativos, porque esto de prometer premio a cambio del éxito total , lo que hace es que a la primera complicación nuestros adolescente tiren la toalla ya que “el todo” ya no está en sus manos y no aprenderán a intentar remediar las cosas y a tener paciencia para conseguir sus objetivos poco a poco paso a paso. Y es que la vida es una carrera de fondo , obstáculos y resistencia. Y los padres tenemos que estar para animar cuando se caen , para corregir y para guiar pero no para presionar con premios y chantajes.
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