No me digáis que no os ha ocurrido a vosotras alguna vez , eso de levantaros las primeras de la casa llegar a la cocina y encontraros con una buena “desfeita”
(desfeita lo utilizamos en gallego para decir que algo está hecho un desastre en grado máximo) de vuestra mascota. Acto seguido despiertas a tu hija ” adolescente” , que no tiene la mejor mañana de su vida y te gruñe , y si solo es un gruñido , pues no es para tanto, pero normalmente la cosa empieza con un gruñido y acaba mal . Y aunque aún son las 7:30 am, mientras escuchas la radio y tomas tu café, te das cuenta de que el día no va a ir a mejor, y en ese momento tu hija protesta porque no están sus pantalones limpios, y como no vives en un anuncio de la tele, no hay marca de leche , ni de cereales que haga que tu hijo te dedique una sonrisa y se olvide de esos pantalones. Así que cuando la dejas en la puerta del instituto te sientes liberada , muy liberada. Pero entonces empiezan los problemas de “maridin”, que aunque sean personales e intransferibles como no encontrar unos calcetines azules con rayas verdes o no saber donde está el ibuprofeno , te va a llamara ti y es que tú número de teléfono es el de atención al cliente y urgencias de tu familia .
Y por muy manido que suene este discurso , que levante la mano aquella que no ha tenido alguna mañana de esas en las que le gustaría estar de nuevo en su piso de soltera , y con una sola preocupación, la de haberse planchado bien la parte de atrás del pelo. A veces echo de menos aquellas mañanas in gritos , sin impertinencias , sin quejas , solo tu y tú café , con la prisa justa por llegar al despacho.
MARTA ESTÁ HARTA
EL CORREO GALLEGO
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