Estamos a un paso del verano, aunque aquí la ciclogénesis explosiva no nos lo deje ver. A un paso de todas las fiestas que nos podamos imaginar y yo me veo en la obligación de hablar de alcohol y adolescentes.
Podría recurrir a datos estadísticos y decir que el 47,3% de los jóvenes de este país bebieron alcohol en el último mes y que además lo hicieron en forma de atracón. Podía explicaros que la ingesta masiva y rápida de alcohol es la más dañina para el cerebro de un adolescente. Una vez me dijo un psiquiatra que beber así tipo botellón, es como si le dieran patadas al cerebro de nuestros hijos todos los fines de semana.
Pues bien, como os digo, podría ponerme a profundizar, pero vayamos al grano y sólo voy a daros un consejo, padres de adolescentes: nunca, pero nunca, le compréis el alcohol a vuestros hijos menores.
Aunque no lo creáis, cada vez escucho más esta frase: “Marta, yo les compro el botellón a mis hijos para que no beban cualquier cosa“. Y esto me lo dicen muchas madres con una sonrisa amarga, una de esas sonrisas que te pone triste cuando la ves. Yo me pregunto: ¿quién ha convencido a estos padres/madres que el problema del alcohol en menores es la calidad? ¿Quién ha les ha convencido de que los comas etílicos van asociados al whisky del Carrefour?
Vamos por partes, el primer mensaje sería: el principal problema del coma etílico es la ingesta masiva en un corto espacio de tiempo y nada tiene que ver con la etiqueta de la botella. Yo estoy segura de que el 80% de los adolescentes atendidos en servicios de urgencias han bebido JB o Havana, que en este país somos muy así.
Segundo mensaje: no sé cómo se ha difundido el bulo de que es mejor que los padres preparen los botellones para que sus hijos no beban cualquier cosa,.pero el que lo ha conseguido es un crack.
Los menores de edad no pueden y no deben beber, por lo que los padres no debemos ser sus cómplices para saltarse la ley.
Yo sé que los menores de edad beben. Yo también bebí cuando era menor, pero si lo hacen que sean ellos los que se compren el botellón, que se las apañen, que empiecen a ser responsables de algo, aunque solo sea de conseguir unas botellas para el sábado noche.
MARTA ESTÁ HARTA
EL PROGRESO
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