Sentada en la mesa de trabajo que me he montado en el comedor , mientras espero a que llegue la inspiración para mi blog pienso que esta vuelta a la realidad postnavideña no me apetece nada y es que necesito vacaciones para descansar de la visita de mi hija y de sus problemas de "veinteañera" y es que se me había olvidado lo duros que son los problemas de los veinte y de los veintidós ( chicos , amigas, pertenencia al grupo , enfados absurdos porque la noche les confunde, novios..) y no lo digo con ironía. Realmente tener veinte es duro porque entre otras cosas cuando tienes veinte te empelas en resolver todos los problemas del mundo ¡cómo si eso fuera tan fácil! En fin que estos 6 días de convivencia han sido intensos y si a esa intensidad le sumamos cenas, comidas, turrones y roscones , pues una necesita un descanso y claro la vuelta al trabajo no es lo que más apetece.
Supongo que la rutina sería lo que mejor me viene , pero lo que yo quiero es una gripe a , gripe b, o un coronavirus que me postre en mi cama - sofá durante unos cinco días , así mas o menos.
¿Suena a inconsciencia, vedad? Lo sé pero en el fondo soy bastante inconsciente. tanto como para desear estar enferma, cómo cuando éramos pequeños y queríamos rompernos una pierna para llevar escayola, o por lo menos eso quería yo y nunca en mi vida me rompí ningún hueso , ni el del dedo de un pie. Inconsciente cómo aquel 13 de marzo del 2020 cuando volviendo de la excursión a la nieve del instituto me alegré de que nos confinaran, quinde días de descanso `pensé.Pues eso, una inconsciente.
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