No ha habido terceras personas

Por más que quiera recordar , no soy capaz de ubicar el momento ni el porqué de la decisión de divorciarme. Lo que sí recuerdo es que cuando se lo conté a mis amigas toda me miraban como a una heroína , como si en vez de divorciarme hubiera cruzado a nado el Canal de Suez y es que en esto de los maridos infantiles y dependientes estamos todas igual, como en lo de los hijos adolescentes , pero en este caso lo sufrimos en silencio porque a ver quién es la valiente en pleno siglo XXI, siglo de " la mujer empoderada", de contar que tiene que recoger calzoncillos y calcetines del pie de la cama, o platos sucios del despacho además de hacer de secretaria para todo. Pero oye es animarse una con lo de "es que me tiene hasta el moño desde que se fue el niño de casa mi marido ha heredado el título de adolescente de la casa y estoy del cari esto , cari lo otro hasta aquí" y entonces todas empiezan a cantar las lindezas de su relación , que si no recoge , que si no come hasta que ella vuelve del gimnasio, que si no es capaz de pedir cita en el médico , que si espera a que una este recogiendo la mesa para para soltar el odioso "¿necesitas ayuda?" y si a esto le sumamos los caprichos de cincuentón y las pataletas de adolescente, pues una termina hasta donde ya se sabe y se divorcia y no porque haya otro o otra, ni porque lo odie ( bueno un poquito a veces sí), sino porque una se cansó de ser madre y adulta funcional y tiene ganas de estar sola , muy sola, tan sola como tranquila.

En mi caso me cansé de ser la roca, que no se mueve , que no se inmuta , que no puede fluir porque entonces se desestabilizan sus chacras . Yo quiero fluir , yo necesito fluir ya lo dice mi terapeuta , yo ya no quiero ser roca , ser roca es un rollo y yo no quiero ser un rollo .