Desde el sillón de mi consulta escucho muchas historias y con cada una de ellas no puedeo evitar empatizar y sentirme acompañada en esto de ser madre de adolescente. No hace mucho recibí a una madre relativamente jóven, y lo digo porque llevaba un brazo tatuado , y un bebé en brazos. Esta madre me contó que su hija mayor, de 15 años , estaba aprendiendo a utilizar la demagogia en cada una de sus discusiones del día a día
Definimos Demagogia como la estrategia utilizada para conseguir el poder, que consiste en apelar a prejuicios, emociones, miedos y esperanzas para ganar apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la retórica, la desinformación, la agnotología y la propaganda política”.
Todo empezó con el modelito de fin de año - me iba contando , con la voz temblorosa- y los vestidos demasiado cortos y ajustados. Después de que se probará unos diez vestidos , cada cual peor, no se me ocurrió otra cosa que decirle que no era muy elegante, ni adecuado ir de “minicantante de la Orquesta”, ya que solo tenía 15 años. A lo que me contestó, muy seria , que yo era de otras épocas y que esa declaración era un “micromachismo” en toda regla. Después añadió que las mujeres tienen que poder ponerse lo que quieran. Menos mal que soy rápida de reflejos y le contesté que poder, claro que pueden ir como quieran, pero que lo que yo ponía en duda era que con ese vestido ella fuera cómoda y no disfrazada.
A partir de ese día en el que de su boca salió la palabra “micromachismo” no ha dejado de utilizar ese tono panfletero cada vez que le decimos que no a algo. Después de lo de que yo era machista , llegó lo de que era homófoba , porque no le dejaba que invitará a un amigo gay a pasar el fin de semana en casa. Y dio igual que le dijera una y mil veces que no era por que su amigo fuera gay, sino por sus últimos resultados académicos. Tras el machismo y el odio a los gays me acusó de clasista , porque se me ocurrió decirle que no me gustaba cierto instituto de Lugo, al que le gustaría cambiarse, porque está lleno de “ninis” . Y ayer llegamos al culmen de la demagogia , soy racista porque no me gustaría que tuviera un novio colombiano, que le pidiera matrimonio a los 16 años , como le ha pasado a una amiga suya, que ya está prometida con 16 años. ¿Racista yo?; ¿Homofoba, clasista y machista?. Ahora resulta que soy la madre retrógrada del año. ¿ Tú entiendes algo? me pregunto mirándome como si yo fuera el oráculo de Delfos.
Nuestros hijos adolescentes se están convirtiendo en pequeños demagogos , que hacen y deshacen a su antojo , mientras que nosotras las madres no sabemos muy bien como reaccionar , si te enfadas eres carca y poco empática, si vas de enrollada entonces eres demasiado dejada y puedes llegar a ser negligente. Y así andamos las madres cargadaas de dudas existenciales, sin hacer nada , y asustadas por lo que oímos .
Pues bien así por regla general no se es machista por aconsejar sobre vestidos apretados a nuestras hijas de 15 años , porque por supuesto que pueden ponerse lo que quieran pero también tienen que aprender a escuchar críticas y consejos "estilísticos" de las madres . No se es racista por pensar que las colombianas se casan demasiado jóvenes y no se es carca por tener la ilusión de que nuestros hijos estudien una carrera, se labren un futuro y no que ande de bar en bar en las horas de clase como ninis.
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